Grasse – historia y arte del perfume

Hace más de 30 años, la capital del perfume inspiró al autor Patrick Süßkind a escribir una obra maestra literaria sobre un cruel asesino interesado en una sola cosa: el perfume perfecto. En PAFORY tampoco tenemos otra cosa en mente, pero somos mucho más afables en nuestra búsqueda. El pueblo en torno al cual giran los fascinantes acontecimientos de la novela es un pueblo alejado de Canne. Estamos hablando de Grasse.

Grasse como capital del perfume

Cualquiera que se haya acercado a una curtiduría sabe lo desagradables y punzantes que son los humos de este trabajo. En la Edad Media, la actual capital de la fragancia era conocida por su excelente cuero, pero también por su hedor. Para hacer los productos más atractivos para los clientes, es decir, menos olorosos, Galimard, un curtidor, utilizó los tesoros de la Provenza. Empapó sus guantes en baños de lavanda, azahar, mimosa y todo tipo de plantas aromáticas.

Hoy en día, los maestros perfumistas se forman con éxito en la ciudad. Se les llama „Nez“ (nariz) y después de siete años son capaces de reconocer unas 6000 fragancias. Aunque las materias primas, que en el siglo XVII se cultivaban directamente en los alrededores de Grasse, se importan ahora para los perfumistas, la treintena de fábricas de perfumes de la ciudad demuestran que Grasse no va a destronar a nadie tan rápidamente, ni siquiera a París.

No obstante, merece la pena visitar Grasse. La ciudad está repleta de perfumerías que se integran en el laberinto de edificios antiguos y nuevos como pequeños refugios. En la ciudad, por supuesto, se encuentra el Musée internationale de la Parfümerie, donde se puede explorar todo lo que Grasse ofrece en términos de historia y arte del perfume. Pero también se pueden encontrar curiosidades en otros lugares. Casi todas las fábricas ofrecen visitas turísticas. Quienes finalmente quieran ponerle nombre a su propio perfume, único y distintivo, pueden crearlo con la ayuda de un experto. Tal vez entonces uno u otro descubra que se ha perdido un „Nez“ en él o ella.